EMPEZANDO A MEDITAR
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE LOS NIÑOS MEDITEN?
Los niños necesitan sentirse seguros. Esa confianza la van adquiriendo en las relaciones dentro de la unidad familiar y en el colegio, con sus compañeros y profesores.
No obstante, todos necesitamos otro tipo de seguridad, necesaria para el desarrollo de la independencia y la confianza en uno mismo. Esa seguridad no depende de las personas de nuestro entorno, ni de las riquezas que uno posea, sino en lograr estar más a gusto con nosotros mismos. Esto puede desarrollarse gracias a la meditación.
Cuando los niños aprenden a meditar, se dan cuenta de que la seguridad es algo que está dentro de ellos mismos. Además, estarán sentando las bases para seguir practicando cuando sean adultos.
A través de la meditación, los pequeños pueden entrar en un espacio interior en el que reina la serenidad y la paz, haciendo que estén más centrados en sus tareas escolares y afronten las dificultades con mayor facilidad.
Existen muchos tipos de meditación para niños. No obstante, creemos que la más conveniente es la VISUALIZACIÓN CREATIVA, que consiste en crear imágenes y dibujos para estimular la imaginación de forma muy positiva.
CONSEJOS PARA MEDITAR
- La práctica debería realizarse de forma diaria, durante unos 20 minutos aproximadamente.
- Es muy importante que el niño/a esté acompañado durante toda la meditación por su padre, su madre o ambos. Si los hijos ven que sus padres se sientan con ellos se refuerza la práctica y se sienta una buena base para que sigan haciéndolo durante toda su vida.
- Busca una habitación o sala donde no se escuchen ruidos. Para ello, nos aseguramos que nadie entrará en la sala durante la meditación.
- Afloja la ropa que apriete. Si tienes gafas, es preferible retirarlas.
- La postura más sencilla y cómoda es sentado en una silla con la espalda recta.
- Puedes colocar las palmas de las manos sobre los muslos, sin cruzar brazos ni piernas.
- Cierra suavemente los párpados.